miércoles, 11 de septiembre de 2013

Etapa 7: Barbadelo - Ligonde | 36 KM | 11.09.2013

Hoy salimos y todavía es noche cerrada. No vemos nada. De repente la compañera de León saca su linterna dinamo y después de las primeras risas emprendemos la marcha. Hoy decidimos que haremos unos km antes de desayunar. Tantos como 8 km, porque es donde encontramos el primer bar abierto. Está bastante frecuentado. Pedimos un café con leche grande, y casi nos lo tenemos que meter en la cantimplora. Hay casi medio litro!!

Fuera están los caballos de los peregrinos que van sobre ellos. Comentamos que la Compostela debería ser para los équidos. Nos vamos cruzando con ellos durante el camino. Sin embargo a los peregrinos ciclistas es difícil volverlos a ver. Sus etapas son mucho más largas y es imposible volver a coincidir.
Hemos pasado por la señal que indica que nos queda 100 km. A partir de ahora encontramos "santuarios" improvisados cada dos por tres. Uno, con tarjetas de embarque, tarjetas de transporte, pegatinas de facturación ...lo que sea del medio de transporte que te ha acercado al camino. Otro con cintas de colores. Otro con piñas y piedras... los hay con más gusto y otro con menos, y parecen basureros...En fin...

Seguimos andando hasta llegar a Portomarín, un pueblo bastante grande y destacamos el embalse que se ve al llegar.
Nos tomamos una caña. Es la hora. Decidimos andar de nuevo en lo que va a ser el tramo más "soso" del camino. Son casi 12 km de camino sin sombra, por una zona de pinares, sin aldeas ni rastro de vida humana. Solo alguna fábrica abandonada como consecuencia de la crisis del ladrillo.

Entramos en Hospital Da Cruz a ver el albergue...está bien, pero no hay nada más alrededor. Nos dicen que el siguiente albergue está en un pueblo algo más grande...y decidimos seguir, pero antes comemos. Ay!! cómo cuesta caminar ahora, pero son "solo" 4 km más.

Llegamos a Ligonde. Dice: albergue a 600 metros y se hacen interminables. Cuando llegamos está abierto pero no hay nadie. El hospitalero viene a las 20h y son las 16:30...Hace mucha calor y no podemos más.
En mi "guía" sale otro alojamiento que pertenece a una orden religiosa. Les llamo y nos vienen a buscar; nos quedamos con ellos, mejor dicho, nos acogen. Hay 3 peregrinos más y en total hay más hospitaleros que peregrinos; resulta ser una noche divertida y diferente. Nos presentamos todos. Aquí se cena a las 20h (súpertarde eh?) y nos quedamos hablando todos hasta casi las 23h. Es curioso como 15 personas que no se conocen de nada pueden cenar, charlar y reir como un grupo de amigos.
Esto es una de las cosas que te enganchan al camino.



































Ni una ampolla oiga!