jueves, 5 de septiembre de 2013

Etapa 1: Astorga - Rabanal del Camino | 21 KM | 05.09.2013

Primera noche de albergue superada. A pesar de tanto cansancio no podía dormir, por fin me venció el sueño. Debían ser las cinco y media a. m. cuando se empezó a oir movimiento en la habitación y a pesar de que todas las guías recomiendan el uso de bolsas de tela de para no perturbar el descanso de los otros peregrinos, ahí vamos todos, con nuestros enseres metidos en bolsas de plástico con cierre zip! Ole ole. Como ya no me iba a dormir, pues me uní al festival bolsero plastiquero y me dispuse a tocar las narices, ... a prepararme para mi estreno peregrino. Ahí vamos. Seis de la mañana y saliendo por la puerta.
Joeee qué oscuro está estoooo....
Cuando ya casi amanece llego a Murias de Rechivaldo. Se merece una visita pero no puedo parar tan pronto....bueno...por un café sí. Me tropiezo con un bar encantador regentado por una señora que no lo es tanto....Tiene suerte de que su target seamos clientes "paracaídas", pero necesito un café, aunque sea el más caro y malo de mi vida. (No cuentan los latte machiatto que me he tomado más allá de la frontera).
Una cosa curiosa del camino es que tan pronto vas solo, como de repente coincides con un montón de gente. Me vengo arriba... llegaré hasta Fuencebadón que son 6 km más de lo previsto.
Así llego a Santa Catalina de Somoza donde observo otra forma de marketing adaptado al medio (rural en este caso). A la entrada al pueblo se encuentra un inocente anciano apostado sobre un mojón, que tras una frase de cortesía, un deseo de buen camino... va y te espeta, como el que no quiere la cosa y sin respirar: si desean tomar café, en el segundo bar, es el de mi hija. Tremendo.
Esto es un ir y venir de gente.
De repente se cumple el pronóstico meteorológico y se pone a llover. Por suerte mi mochila y yo vamos preparadas. En solo 2 km voy calada hasta los huesos...y qué frío!
Salgo de Rabanal y en la misma salida tal como veo el letrero de los 6 km....me doy la vuelta. Necesito una ducha y ropa seca. Este pueblo se merece algo más que pasar de largo.
De esta forma doy con mis huesos en un refugio que según me cuentan es de los mejores del camino. Doy fe. Y no porque lo lleven unos religiosos. Los hospitaleros son British y casi todos los peregrinos son extranjeros, así que gracias papis por apuntarme a inglés en su momento. 
Tiene hasta chimenea y hoy se agradece. Después de hacer mi primera colada visito el pueblo. Dos veces. Ha salido el sol. 
En breve os dejo porque es el Tea Time and Biscuits, que dan en el jardín debido al buen tiempo.
Mamá, si lees esto, que estoy comiendo muy bien.
Y ahora, lo que más os gusta: dejar de leer.